Carta a mi Hijo!





No sé cuanto te domestiqué y cuanto me domesticaste para que hoy sienta esta soledad infinita co-dependencia por ti y no saber que hacer.
La soledad que había antes que llegaras se está volviendo a presentar. Vuelvo a sentir lo que había antes de tenerte; vacío. 
Ausencias, abandono, y me siento un objeto removible e invisibilizado por su propio entorno.
Hay muchas cosas que pasamos juntos y nadie más entenderá, la diferencia estaba en que tu crecías creyendo que aquello era normal y yo perdía la dignidad cada día más; pero estabas ahí, porque te volviste mi única familia.
Como la vez que dormiste toda la tarde en mi bolsillo mientras pedía plata fuera del Líder de Viana. O como esa vez que sólo logré comprar una hallulla pelá para pasar navidad juntitos, y después de robarme un jugo zuko, pasamos navidad los dos solitos  compartiendo la hallullita y yo llorando por todas las veces en que he sentido impotencia y abandono después de oírlos decir reiteradas veces "en las duras y las maduras", "somos aclanados" y cantar "aun sigo cantando", cayendo en el cinismo de ser una familia.
Recuerdo que esa noche te dormiste en mi cuello y solo así pude dormirme de ahí en adelante.
Dime como logro avanzar si  si todo sigue igual, solo que te haz ido y estando aquí podíamos tomar una siesta regaloneando y y pensar no despertar en 8 mil años más, siempre que estuvieses tu.
Te haz ido y todos vinieron con su cinismo a sentir lástima y hacer como que se preocupan, creyendo que los considero familia; me han hecho salir, beber y mandarme fuera de casa y ¿De qué sirve si no estás?

Dime, como afronto hijo! como afronto sabiendo que tu eras mi tribu, que yo a ellos no los elegí y hoy sé cuando y cuanto los tolero y los traumas que debo sanar por su culpa. Yo te elegí a ti, tu eras mi familia, tu viviste el calvario conmigo, tu te cagaste de hambre conmigo. No sé que hacer sin ti, he llorado sin parar porque no tengo a quien acariciar, ni que me lave la carita, ni quien me acompañe y ame. No puedo Conso, no puedo... llévame contigo.
Sé que el lugar donde estás no te hará falta nada, porque será el reflejo de lo que te di, perdóname si alguna vez no pude darte de comer de forma sana, o si no pude darte privilegios. Te amo y espero verte un día en otro plano.



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